viernes, 4 de diciembre de 2009

MI IDENTIDAD PERSONAL
El narrar mi propia historia personal es un acto de analisis de todos los acontecimientos trascurridos en mi vida que me permite lograr reflexionar y reconstruir mi propia identidad orientada a promover el cambio tanto personal como profesional.
Recordar por un instante lo que fue niñez fue revivir aquellos días viví en el jardín de niños, en donde la imagen de mi maestra Lupita jugando conmigo, siempre rodeada y querida por todos los niños de preescolar, brindándome confianza para expresarme y platicar con ella, es una imagen que siempre he llevado en mi mente despertando en mí una gran inquietud por hacer aquello que en ese momento de mi vida no sabia como nombrar, pero que con los años esa imagen se fue esclareciendo hasta tornarse en lo que ahora puedo definir muy bien: ¡Querer ejercer la docencia!
Mi gusto e interés por ser educadora y queriendo ser como mi maestra de preescolar, surgió de una manera natural, con el paso del tiempo este deseo se fue afianzando debido al peregrinar de muchos maestros por mi camino ya que nadie de mi familia se dedica a la docencia me atrevo a decir que no tuve influencia alguna por querer desempeñar esta profesión. Mi nombre Leonor del Carmen Rojas Nolasco y soy proveniente de un hogar estable conformado por mi padre Rafael Rojas Juárez y Antonia Nolasco Castro, siendo la mayor de tres hermanos, Fernando y Monserrath. Es una dicha para mí formar parte de una gran familia que me ha brindado los conocimientos necesarios para lograr construir la mayoría de mis aprendizajes en donde los valores, tradiciones, costumbres, responsabilidades y obligaciones, son rasgos fundamentales que nos identifican como grupo social, y han sido los elementos primordiales que me han permitido cimentar mi propia identidad.
Mi formación académica comenzó al ingresar jardín de niños en donde mi estancia fue muy placentera gracias a la buena disposición y cariño que me ofrecieron mis maestras, la primaria por su parte era atractiva debido a que ahí aprendería muchas cosas mas y haber transitado por este nivel es una de las mejores experiencias que recuerdo, sin embargo la secundaria fue un cambio radical ya que resultaba aburrido asistir a clases que carecían de sentido para mi en donde la gran cantidad de alumnos dentro de un pequeño salón de clases no permitía que los maestros tuvieran un acercamiento a los alumnos con alguna dificultad de aprendizaje y no buscaban las estrategias necesarias para motivarnos e interesarnos por el estudio, en esta época al llegar la etapa de ya ir visualizando la carrera que en un futuro desearía estudiar a mi mente vino la imagen de mi educadora del jardín y me idealizaba en una aula de clases siendo ella.
En mi decisión por querer llegar a formarme como educadora al culminar la secundaria tuve la oportunidad que aún en la Escuela Normal del Estado se ofreciera el bachillerato pedagógico en 1995, ahí curse el bachiller por tres años y posteriormente ingrese a la Licenciatura de Educación Preescolar, en donde una de las materias consistían en realizar prácticas educativas un día a la semana y una semana de práctica intensiva, este acercamiento a lo que iba a ser en un futuro a lo que me dedicaría gran parte de mi vida me permitió darme cuenta de que ésta era la profesión que realmente quería ejercer.
Desde que ingrese a la Normal del Estado, siempre se nos hizo cierto hincapié que la profesión de maestro es muy dura, debido a que los maestros recién egresados siempre comienzan su labor en zonas rurales y alejadas tanto de la ciudad como del estado, pero esta creencia se nos dio a conocer en un sentido un tanto irónico por parte de algunos maestros y no recuerdo que alguno haya fomentado el amor y el gusto por la profesión fuera o no el caso de las zonas rurales, así que siempre tuve la mentalidad que el día que comenzara a laborar tendría que hacerle frente a una serie de obstáculos y retos que superar, entre ellos tal vez la distancia a la que en un futuro me iba a enfrentar.
Posteriormente al egresar de esta institución me fue difícil ejercer mi profesión debido a la falta de oportunidad de obtener una plaza estatal o federal y también por que al no tener familia que se dedicara a la docencia carecía en ese momento de mucha información, por lo que me di a la tarea de buscar trabajo ajeno a mi profesión y en el cual yo me preguntaba ¿que hago aquí?, ¡esto no es lo mío! y a pesar de que me desempeñaba muy bien y me gustaba lo que hacia, sentía que eso no era lo mío, así que me di a la tarea de buscar algo afín a mi profesión logrando laborar en un jardín de niños particular por escasos 6 meses, debido a que me ofrecieron integrarme a una guardería subsidiada por el IMSS llegue a pensar que era un gran paso para mi carrera conocer otro tipo de trabajo, pero mi sorpresa fue toparme con una explotación de personal con sueldos especialmente bajos por lo que concluí que sólo era un negocio que beneficiaba a unos cuantos, meses después encontré una mejor oportunidad de laborar en un guardería que dependía directamente de gobierno el EDBI-SUTSGE en donde se impartían los tres grados de preescolar siendo un reto para mi enfrentarme a toda una diversidad de trabajo desconocido, ya que se llevaban una planeación ya diseñada dentro de este plantel y las educadoras solo se limitaban a ejecutar lo que se plasmaba dentro de un cuadernillo.
Después de cierto tiempo tuve la oportunidad de laborar en una serie de interinatos en el nivel primaria los cuales me hacían sentir con gran estabilidad e independencia al tener ya un grupo propio, años mas tarde logre obtener una plaza en el nivel preescolar, pero mi sorpresa fue el enfrentarme a lo alejado del lugar donde se ubicaba el jardín, sin embargo, el principal reto no era superar la distancia en aquel momento, ahora me encontraba frente a un gran problema y mis dudas, inquietudes y miedos giraban entorno a no saber que hacer en el jardín de niños ya que por todo el trascurrir de los años anteriores no había tenido contacto alguno con el currículo vigente de este nivel y debido a mi desconexión total de los jardines de niños, carecía de los elementos necesarios para saber cómo diseñar una situación didáctica y aplicarla debido a que de la Normal del Estado ingrese conociendo solamente el Programa de Educación Preescolar 1992 (PEP’92) y la información de yo poseía del nuevo programa era muy poca, así que aquel momento recordaba nuevamente a mi maestra del jardín y a las educadoras con las que en mis años de estudio practique y tome de ellas aquellas actividades que llegue a pensar eran las adecuadas para mis propios alumnos como el recortar, pegar, dibujar, colorear un modelo ya diseñado, rasgar, bolear y realizar trabajitos manuales y que reflexionando acerca del docente que soy y de las diversas prácticas que realice, reconozco que me apropie de diversos modelos que no sólo facilitaron mi práctica, sino también la obstaculizaron limitando el trabajo en el aula; las cuales consciente o inconscientemente las ejecute por que en ese momento llegue a pensar que así se debían hacer las cosas, más sin embargo ahora me pregunto ¿y quien dijo que así deberían de ser? Como respuesta concluí que el apropiarse de diversos modelos más que por ser una regla, llegar a ser una costumbre lo cual llego a formar parte de la cultura que identifico al nivel, aspecto que Bromberg (2007) señala en sus escritos de docencia y poder, donde menciona que el repetir viejos modelos sin saber de donde han surgido y tomarlos porque tal o cual docente lo hacia así y le funcionaban surge de las profundas huellas que las instituciones escolares dejan en los futuros docentes y que son difícil borrar.
Es por ello que me apropie de ciertos modelos de otras educadoras y las hacía parte de mi actuar ahora, puedo deducir fueron producto de la inexperiencia y falta de conocimiento acerca de los medios más eficaces para el desarrollo cognitivo, social, afectivo, de saber que lo niños saben y pueden desde pequeños, así como de la falta de análisis, reflexión y autocrítica de mi práctica educativa
Posteriormente poco ha poco preguntado e informándome con mis compañeras de trabajo que egresaron con este nuevo programa logre apropiarme de diversas estrategias y conocimientos para poder desarrollar mi práctica de una manera más eficaz y desarrollar
Con el transcurso del tiempo me enfrente a una serie de situaciones con la necesidad de resolver algunos dilemas de mi profesión consiguiendo consolidar ciertas habilidades en mi práctica educativa.
Actualmente me encuentro laborando en el jardín de niños Tomas Alba Edison en la comunidad de Palomas en el municipio de Armadillo de los Infantes, San Luis Potosí, el cual cumple con una organización de tipo unitario y haber comenzado a ejercer mi profesional dentro de este tipo de organización institucional me da una seguridad y tranquilidad al desempeñar diversas funciones como las administrativas, de gestión y educativas que con el tiempo se han ido afianzando.
Hoy por hoy mis intereses ya no giran a tener una aceptación social, académica o de supervivencia como fue en un principio cuando comencé por primera vez a laborar en un lugar totalmente desconocido para mí y con gente que no tenia las mismas costumbres y creencias que yo o responder a la exigencias de diversas autoridades, es ahora cuando mis objetivos se han esclarecido totalmente y me han dado una visión realmente significativa de mi verdadera misión en la educación preescolar.
Mi búsqueda por mejorar la enseñanza me ha llevado a buscar los métodos y estrategias más convenientes para desarrollar aprendizajes significativos y relevantes en mis alumnos con una educación eficiente y de calidad lo cual me ha llevado a seguir actualizándome constantemente y profundizar aun más en esta labor. Debido a esta gran inquietud nació mi interés por estudiar la maestría en educación preescolar, la cual me ha brindado una panorámica mas amplia del Programa de Educación Preescolar 2004 (PEP’04), del quehacer docente, y de mi propio conocimiento como persona y profesional de la educación.
En este momento de mi vida me doy cuenta del importante papel que tengo como educadora para mejorar la educación que reciben nuestros niños, lo que me impulsa a tener una autonomía profesional siendo capaz de ser una persona crítica y consiente de la realidad en la que vivimos y que estoy enfrentando actualmente, decidida a mejorar los métodos y estrategias de enseñanza, evitando que los factores que influyen en nuestro desempeño diario y que forman parte de la cultura escolar que existe en nuestras instituciones como el tradicionalismo que ha circulado por diversas generaciones estableciendo modelos y prototipos a seguir y que en ocasiones son requeridas y exigidas por nuestras autoridades inmediatas.
La búsqueda de la profesionalización en esta etapa de mi vida se hace mas latente ya que el actualizarse día con día requiere de una verdadera exigencia profesional que responda a los requerimientos de la propia educación y de la sociedad , ya que tanto una como la otra van cambiando con el paso del tiempo y uno como profesional de la educación debe de ir a la par con estos dos aspectos y elevar la calidad de la educación considerando que esto es solo el principio de muchos años que me quedan por ejercer mi profesión.

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